El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, insinuó recientemente una próxima desaceleración en los esfuerzos de reducción del balance del banco central, sugiriendo una posible disminución en la venta de bonos que podría superar las expectativas iniciales. Este movimiento, dirigido a gestionar el portafolio de $9 billones acumulado durante la pandemia, señala un cambio estratégico desde las compras agresivas de activos que marcaron la respuesta del banco a las consecuencias económicas del COVID-19. Con un plan que posiblemente se anunciará en la próxima reunión del 30 de abril al 1 de mayo, este ajuste refleja el enfoque cauteloso de la Fed para asegurar suficiente liquidez en el mercado mientras mantiene el control sobre las tasas de interés.
Desde finales de 2022, la Fed ha permitido expiraciones mensuales significativas de bonos del Tesoro y bonos hipotecarios sin renovación, parte de su estrategia de endurecimiento cuantitativo (QT) para combatir la inflación y estabilizar la economía. Sin embargo, las recientes declaraciones de Powell sugieren una disposición para modificar este ritmo y evitar una tensión indebida en el mercado, recordando crisis de liquidez pasadas desencadenadas por esfuerzos similares. A medida que la Fed navega este delicado equilibrio, la comunidad financiera anticipa un anuncio temprano de reducción gradual, posiblemente tan pronto como en mayo, marcando un punto crítico en la trayectoria de la política monetaria post-pandémica de la Fed.