El martes, los precios del petróleo experimentaron un aumento, impulsado por el potencial de una mayor demanda de China y los EE. UU., los principales consumidores de petróleo del mundo, junto con tensiones escaladas en el Medio Oriente que podrían interrumpir el suministro regional. Específicamente, los futuros del Brent para entrega en junio subieron 41 centavos para alcanzar los $87.83 por barril, y los futuros del crudo WTI de EE. UU. para mayo también aumentaron 41 centavos, llegando a $84.12 por barril, marcando su cierre más fuerte desde finales de octubre.
Señales de recuperación económica tanto en China como en los EE. UU. están dibujando un panorama más prometedor para la demanda de petróleo, frente a un telón de fondo de tensiones geopolíticas crecientes en el Medio Oriente, notablemente involucrando a Irán. El reciente aumento en las actividades manufactureras en China y los EE. UU. sugiere un repunte en el consumo de petróleo. Además, el conflicto en el Medio Oriente, destacado por un ataque israelí a la embajada iraní en Siria, levanta alarmas sobre posibles interrupciones en el suministro, añadiendo al sentimiento alcista alrededor de los precios del petróleo.
La OPEP y sus aliados, colectivamente conocidos como OPEP+, están programados para discutir sus políticas de producción actuales en una reunión próxima, con la expectativa de continuar con las reducciones voluntarias de producción para apoyar el mercado. Estos recortes, junto con las reducciones adicionales anticipadas de Rusia, están apretando el suministro, potencialmente empujando los precios del petróleo hacia la marca de $90. La situación subraya la compleja interacción entre los desarrollos geopolíticos y los mercados de energía, con las tensiones en curso y los esfuerzos de gestión de suministro jugando roles cruciales en la configuración de los precios del petróleo.