El Ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, enfatizó recientemente la posibilidad de que Japón aborde la continua depreciación del yen durante una sesión parlamentaria el martes. Destacó la preocupación colectiva sobre el impacto de un yen más débil en los costos de importación discutidos en reuniones con sus homólogos de EE. UU. y Corea del Sur. Suzuki indicó que estas discusiones, incluyendo el primer diálogo financiero trilateral, han preparado el escenario para posibles intervenciones en el mercado de divisas, aunque no especificó qué acciones podrían tomarse. La urgencia de la situación fue subrayada por la caída del yen a 154.85 frente al dólar, marcando el punto más débil desde 1990 y provocando especulaciones en el mercado sobre intervenciones inminentes.
Durante este período crítico, especialmente con la proximidad de la Semana Dorada, que podría aumentar la volatilidad del mercado, las autoridades japonesas están en máxima alerta. Suzuki reafirmó en una conferencia de prensa que Tokio está preparado para actuar de manera decisiva, considerando todas las opciones disponibles para frenar las fluctuaciones excesivas en el mercado de divisas. Esta postura está respaldada por los últimos datos económicos de EE. UU., que sugieren tasas de inflación fuertes que han llevado al dólar a un pico de cinco meses, disminuyendo la probabilidad de recortes de tasas de interés a corto plazo por parte de la Reserva Federal. El yen débil, aunque beneficioso para las exportaciones, plantea desafíos significativos para la estabilidad económica doméstica al aumentar los costos de vida de los hogares, por lo tanto, atrayendo un intenso escrutinio sobre el momento de los posibles aumentos en las tasas de interés por parte del Banco de Japón.