Los fondos especializados en la venta de opciones para obtener ganancias, conocidos como ETFs de ingresos por derivados, han desempeñado un papel significativo en la reducción de la reciente volatilidad del mercado en las acciones de EE.UU. Los activos gestionados por estos fondos se han más que duplicado, saltando de 33 mil millones de dólares a finales de 2022 a aproximadamente 71 mil millones, según datos de Morningstar. Este crecimiento refleja una estrategia más amplia entre algunos inversores de utilizar una combinación de acciones y derivados de acciones para generar ingresos, contribuyendo a una calma general en el mercado. El efecto de estas estrategias ha sido notable, con el Índice de Volatilidad Cboe, también conocido como el indicador de miedo de Wall Street, alcanzando su nivel más bajo en dos meses a finales de marzo debido a sólidos resultados financieros y la anticipación de recortes de tasas.
La volatilidad del mercado ha sido algo controlada a pesar de la reciente subida del VIX a un pico cercano de siete semanas de 16.92, en medio de preocupaciones por menos recortes de tasas de lo esperado por la Reserva Federal sin un aumento de la inflación. La presencia de estos fondos de venta de opciones, junto con estrategias de instituciones como Nomura, ha sido identificada como un factor clave para suavizar las fluctuaciones del mercado. Además, la resiliencia del S&P 500, que se mantiene cerca de máximos históricos incluso en medio de notables oscilaciones diarias la semana pasada, subraya el impacto de estas estrategias. Sin embargo, la anticipación de los datos de precios al consumidor de EE.UU. para marzo podría poner a prueba la estabilidad del mercado, especialmente si las tasas de inflación son más altas de lo esperado, desafiando el ambiente de baja volatilidad predominante y el mercado alcista en curso que ha impulsado al S&P 500 a un aumento significativo desde sus mínimos de octubre de 2023.