Las acciones japonesas están que arden, alcanzando un récord no visto desde la burbuja del ’89. Gracias a sólidas movidas corporativas y precios de ganga, los inversores que huyen del tumulto en China están encima de ello.
El Nikkei ha superado su antiguo pico, haciendo historia. Han pasado 34 años, pero finalmente estamos dejando atrás los blues de la deflación y entrando en una nueva era del mercado. Este año, el Nikkei ya subió un 17%, eclipsando a otros mercados asiáticos e incluso dejando atrás las recientes ganancias del Nasdaq.
El piso de operaciones de Nomura estaba zumbando cuando el Nikkei rompió su máximo histórico. A pesar de los desafíos económicos de Japón y las incertidumbres globales, la resiliencia del Nikkei está impulsada por sus lazos comerciales globales y un yen más débil que impulsa las exportaciones.
Este avance es un gran asunto, señalando un nuevo comienzo para el mercado japonés, atrayendo montones de inversión. El efectivo extranjero ha estado fluyendo, con grandes nombres como Warren Buffett destacando las valiosas valoraciones de Japón.
Con el mercado arrancando fuerte en 2024, gracias a robustas ganancias y un yen favorable, más las expectativas de un dinero fácil continuo del banco central de Japón, el ambiente es súper alcista. Los analistas están aumentando sus pronósticos para el Nikkei, aunque están atentos a cualquier contratiempo a corto plazo.