Por dos meses consecutivos, las tasas de inflación superiores a las anticipadas han eliminado casi por completo la posibilidad de que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés antes de junio. Además, la perspectiva de disminuciones consecutivas de las tasas más adelante en el año se está volviendo cada vez más escasa. El aumento en los costos de la gasolina y la vivienda contribuyó a un incremento del índice de precios al consumidor de febrero del 3.2% interanual, marcando un aumento respecto al 3.1% de enero. Aunque la inflación subyacente, que excluye los precios de la gasolina y los alimentos, disminuyó menos de lo esperado, mostró más impulso en los últimos tres y seis meses. Esta presión inflacionaria sostenida es poco probable que influya en la decisión de la Reserva Federal en la próxima semana de mantener la tasa de política entre el 5.25% y el 5.5%, un rango establecido desde el julio anterior.
Dadas las recientes cifras de inflación, es improbable que haya suficientes datos disponibles para la reunión del 30 de abril al 1 de mayo de la Reserva Federal como para sugerir con confianza que la inflación se está moviendo hacia el objetivo del 2% de la Fed. Los analistas ahora dudan de la viabilidad de más que un número mínimo de recortes de tasas a lo largo del año. El informe de inflación del martes ha sido descrito como preocupante y sugiere que la política monetaria restrictiva aún no ha impactado completamente en la economía, lo que requiere una postura continuamente cautelosa y ligeramente halcón de la Fed. Con las tasas de inflación permaneciendo altas, las próximas proyecciones trimestrales de la Fed podrían indicar solo dos reducciones de un cuarto de punto en las tasas de interés este año, una disminución de las tres anticipadas en diciembre. A pesar de esto, los operadores en los mercados de futuros aún anticipan en gran medida un recorte de tasas para junio, aunque las expectativas para el número total de recortes para fin de año se han ajustado ligeramente.