Las expectativas del mercado sugieren que el Banco de Inglaterra (BoE) podría liderar la reducción de las tasas de interés antes que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, lo cual podría impactar potencialmente a la libra esterlina. A pesar de esto, la libra mantiene fuertes defensas contra caídas significativas. En su última reunión de marzo, el BoE mantuvo su tasa de interés estable en 5.25%, con una visión consistente sobre las proyecciones de inflación y crecimiento económico. Notablemente, dos miembros que anteriormente apoyaban un aumento de las tasas optaron por una postura neutral, insinuando un posible cambio hacia una política monetaria más flexible en el futuro. Esta postura ha beneficiado históricamente a la libra, ya que recortes de tasas más lentos en comparación con la Fed o el BCE significaban tasas de préstamo más altas en el Reino Unido, apoyando su valor.
El mercado de futuros ha ajustado recientemente, indicando ahora una pequeña pero notable posibilidad de que el BoE sea el primero entre sus pares en reducir las tasas, con un 20% de probabilidad de una reducción de un cuarto de punto en la reunión del 9 de mayo. En contraste, la probabilidad de que el BCE y la Fed reduzcan las tasas en sus próximas reuniones se sitúa en aproximadamente 5% y 13%, respectivamente. Sin embargo, los inversores no han abandonado la libra, con una ligera disminución en las posiciones alcistas sobre la esterlina, bajando a $4.23 mil millones de $5.623 mil millones, marcando aún un interés significativo desde 2012. La economía del Reino Unido ha demostrado resiliencia, navegando a través de tiempos desafiantes de aumentos continuos de tasas e altos costos de energía con efectos mínimos de recesión. Mejoras en varios indicadores económicos y una reducción en la inflación han alineado al Reino Unido más estrechamente con sus contrapartes del G10. Factores como la disminución de los precios de la energía y una reducción en el déficit de cuenta corriente, junto con el patrón histórico de fortalecimiento de la libra en abril, contribuyen a una perspectiva potencialmente favorable para la libra, incluso mientras el diferencial de rendimiento disminuye.